Son muchas historias que nos demuestran que con esfuerzo, constancia y dedicación se pueden alcanzar los sueños. Nadie dice que es un camino fácil de recorrer, pero tampoco es imposible.
Esta mujer de 51 años lleva tres meses trabajando sobre su sueño mientras construye su propia casa paso a paso y sin ayuda, está determinada a lograrlo.
Aunque doña Elena ha tenido problemas económicos y su situación financiera es complicada no ha dejado de luchar por aquello que tanto anhela: tener su propia vivienda.
Ella no ha suspendido su trabajo diario que finalmente le ofrecerá como recompensa lo que tanto ha anhelado tener.
“Si no fuera por la falta de dinero, ya tendría mi casa lista”, dijo doña Elena.
La fuerza interior, valentía y determinación de esta mujer son valores dignos de aplaudir y admirar, es una de las pocas personas que saben sacar provecho de las adversidades y jamás se rinden.
Doña Elena actualmente vive en una choza de madera, que también fue construida por ella en Sapucaia do Sul, Brasil, así que no dudó en ponerse manos a la obra y empezar a trabajar en la construcción de su casa a pesar de no contar con ningún tipo de ayuda.
No cabe duda de que esta mujer es muy valiente, luchadora, que se vale por sí misma y no necesita la supervisión de nadie en esta labor.
A lo largo de la historia son los hombres quienes se han considerado capacitados para realizar trabajos de construcción, es una labor estereotipada para la cual las féminas son subestimadas en la mayoría de los casos.
Doña Elena decidió ir en contra de la corriente y superar todo pronóstico porque al final del camino, ella sabe que estará celebrando que tendrá su casa construida.
A pesar de todos los méritos que merece doña Elena, muchas personas han comentado que ella necesita que algún profesional colabore asesorándola para que su casa pueda ser hecha de una manera segura y cumpliendo con todos los parámetros que le garanticen que está considerando todos los riesgos.
Muchos se preguntan cómo llegó doña Elena a tomar la decisión de construir su propia casa, sin lugar a duda, el primer motivo fue la necesidad, pero su impulso de tomar acción es porque esta es una labor que no es extraña para ella. Durante mucho tiempo, doña Elena trabajó y colaboró como albañil.
Por ahora, ha conseguido terminar solo una habitación de la vivienda que usa para guardar sus cosas y para dormir. También ha construido una especie de altar religioso.
A pesar de que su precaria situación económica le impide comprar los materiales necesarios para seguir construyendo la vivienda con la rapidez que quisiera, no está dispuesta a tirar la toalla.
Diversas organizaciones iniciaron campañas de solidaridad para ir en su ayuda. Para más información sobre cómo ayudarla puedes hacer clic aquí.
La valentía de Elena se ha convertido en una inspiración para muchos, es admirada por miles de personas. No te vayas sin compartir su ejemplo de perseverancia y disciplina que nos recuerda que nada es imposible.