Nuestras necesidades nutricionales no son las mismas a medida que cumplimos años. Y es que, a medida que envejecemos, hay que reducir las calorías y potenciar las proteínas, la fibra, el agua, las vitaminas y el calcio de nuestra dieta. Y también, debemos comer más a menudo.
Esto fue, precisamente a lo que una mujer de la tercera edad, oriunda de la localidad argentina de Villa del Totoral, se vio impedida. Tres días estuvo sin comer esta señora de 70 años, quien pasó esas jornadas alimentándose tan solo con leche en polvo.
Era lo único que le quedaba. En medio de la desesperación y bajó un torrencial aguacero, la septuagenaria se presentó en la comisaría de dicha localidad, clamando por ayuda urgente. Vive sola en una pequeña habitación y asiste a un Hogar de Día.
Sin embargo, el mismo se encontraba cerrado por vacaciones. Además, si bien recibió la subvención gubernamental de comida, no tenía dónde ni cómo calentarla. Se había quedado sin gas en la botella y no tenía dinero para reponerla.
Este abanico de infortunios causó también que la mujer no pudiera cocinar la comida que le habían entregado por la ayuda social que recibe. Por eso, sin importarle la lluvia decidió pedir asistencia. Fue recibida en la comisaría por la funcionaria Fernanda Rodríguez quien, muy amablemente le preparó un desayuno y la llevó hasta su casa.
“La vi tan desesperada y desvalida, clamando por ayuda que no dudé ni un segundo en prestarle mi colaboración. Fue como ver en su mirada el brillo reflejado de los ojos de mi propia madre”, aseguró la comisaria Rodríguez.
Por su parte, las autoridades tomaron cartas en el asunto, y Desarrollo Social de la Municipalidad de Villa del Totoral le hizo entrega de una botella de gas (garrafa), así como más comida para que tenga para todo el mes. Asimismo, los trabajadores de la institución se habrían comprometido a visitarla para evitar que le ocurra una situación similar.
“Haremos visitas consuetudinarias para monitorear la situación de la anciana y evitar que esto vuelva a repetirse”, dijo un portavoz de Desarrollo Social.
Pena y tristeza fue lo que generó la noticia sobre esta dama otoñal de la localidad cordobesa, en Argentina. Sin embargo, creemos en la buena voluntad que todos tienen para ayudarla y que no vuelva a tener que pasar por una situación tan indignante.
Ninguna persona de 70 años es igual a otra, pues cada una llega a esa edad con un estado de salud, una medicación y un estilo de vida diferentes. Pero, la edad lleva asociados unos cambios fisiológicos y sociales que afectan en mayor o menor medida a las pautas alimenticias y al estado nutricional.
Sin embargo, para muchas personas como nuestra protagonista, las condiciones para lograr tener una buena alimentación, muchas veces no están dadas. Y los problemas económicos derivados de la pandemia de coronavirus hacen aún más difícil transitar el camino.
Ninguna persona mayor debería pasar hambre o frío después de haber trabajado toda su vida.
Comparte esta historia con tus familiares. Por fortuna, esta vez encontramos mucha solidaridad y atención para con esta honorable dama de la tercera edad.