En nuestra cultura, se tiende a pensar en los sacerdotes y toda persona que dedique su vida a la religión, ya sea cristiana o de cualquier otra índole, como personas puras y de bien que han dejado atrás todo tipo de deseo pecaminoso o carnal para así poder ascender a un plano de existencia en el que lo único que necesitan para ser felices es seguir las enseñanzas de la biblia y ayudar a otras personas a alcanzar la felicidad mediante esta.
Sin embargo, no hay que olvidar que, a pesar de tener vocación para dicho trabajo, estas personas siguen siendo humanos, imperfectos y que pueden llegar a caer en las tentaciones.
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Ejemplo perfecto de esto es el caso ocurrido en la ciudad de Bérgamo, al norte de Italia, donde el padre Vito Isacchi, de 45 años, se vio forzado a renunciar a su título y posición en la iglesia después de que la mujer con la que mantenía una relación íntima se viera forzada a pagarle 15.000 euros a su esposo por la severa depresión que este sufrió tras enterarse de la aventura de estos dos.
El caso se hizo público tras un juicio que duró aproximadamente cinco años, y ha generado reacciones de rechazo de parte del vaticano, por los problemas que representan las faltas morales de un miembro activo de la Iglesia.
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A pesar de todo, para fortuna de “Don Vito”, la corte lo exoneró de tener que contribuir con la indemnización del esposo de su supuesta amante por ser considerado “irrelevante” en cuanto a la violación del contrato nupcial. Más aún, la corte decidió que el esposo debería pagarle al sacerdote 3.200 euros como contribución a los votos sagrados del cura.
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La arquidiócesis de L’Aquila, a la cual pertenecía hasta hace pocas semanas el padre Isacchi, ha expresado su pésame por la situación y con gran dolor ha recibido la renuncia del párroco.
Sin embargo, asegura que Isacchi se ha arrepentido de sus actos contra la moral y este ha expresado sus más sinceras disculpas por las molestias y el sufrimiento que sus acciones egoístas pudieron haber causado.
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El sacerdote ya ha expresado que no aceptará la contribución que le otorga la corte”, expresó la arquidiócesis en un comunicado especial sobre el incidente.
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Actualmente el párroco ha sido transferido en el 2010 desde Roma hasta L’Aquila, a 110 kilómetros de la capital después de que el escándalo se diera a conocer, se desconoce si la Iglesia planea tomar más medidas referentes al asunto; pero el esposo engañado, junto con sus abogados, ha comenzado a presionar a la iglesia para que esta proceda a acciones más severas contra el párroco, alegando que este ha violado no solo el derecho canónico sino también sus votos de celibato.
Esperamos que toda esta desagradable situación se resuelva de buena manera. ¿Qué opinas de lo que hizo este cura? Déjanos tu comentario y comparte con tus amigos.