El mundo vive una emergencia sanitaria sin precedentes desde la propagación del coronavirus que ha dejado 7.126 fallecidos en más de 120 países.
Un grupo de investigadores estadounidenses colocó el pasado lunes a una mujer la primera vacuna experimental contra el coronavirus que demorará al menos doce meses en estar disponible.
Los científicos del Instituto de Investigación Washington Kaiser Permanente en Seattle comenzaron el estudio y están en la primera etapa del desarrollo de una vacuna contra el COVID-19.
La inyección fue desarrollada en tiempo récord después de que la epidemia afectara China y se expandiera por varios países del mundo.
La doctora Lisa Jackson, líder del estudio, dijo que han formado un equipo para hacer frente a la pandemia: “Todos quieren hacer lo que puedan en esta emergencia”.
Mientras que Jennifer Haller, de 43 años, la mujer que participa en el ensayo clínico y fue la primera en recibir la vacuna, dijo: “Todos nos sentimos indefensos. Esta es una oportunidad increíble para mí de hacer algo”.
Ella es madre de dos hijos adolescentes quienes piensan que es genial que su madre participe en un estudio tan importante. En el estudio, les administrarán a 45 voluntarios dos dosis de la vacuna con un mes de diferencia. Les pagarán 100 dólares a cada uno como recompensa.
Este es solamente el comienzo de un estudio para comprobar si las vacunas son seguras y podrían ser efectivas.
Si la investigación se desarrolla con normalidad la vacuna estaría disponible entre 12 y 18 meses, según las declaraciones del doctor Anthony Fauci, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Encontrar la vacuna contra el COVID-19 es una prioridad urgente para la salud pública.
La vacuna experimental fue llamada mRNA-1273, fue desarrollada por la empresa de biotecnología NIH y Massachusetts Moderna Inc., no existe posibilidad de que los voluntarios que participen en el estudio se infecten por las vacunas porque estas no contienen en sí el coronavirus.
Decenas de investigadores en diversas partes del mundo están trabajando para crear la vacuna, se espera que otra empresa realice durante el mes de abril su estudio en Estados Unidos, China y Corea del Sur.
El experimento en el que la mujer recibió la primera vacuna experimental comenzó después de que la Organización Mundial de la Salud declarara que el brote de coronavirus era una pandemia.
Los voluntarios son personas sanas con edades comprendidas entre 18 y 55 años. Aquellos seleccionados cuidadosamente, recibirán dosis más altas para estudiar qué tan fuertes deben ser las inoculaciones.
Los investigadores seguirán cualquier efecto secundario y extraerán muestras de sangre para comprobar su la vacuna está acelerando el sistema inmune buscando pistas alentadoras tales como el resultado del NIH hallado en ratones vacunados.
“No sabemos si esta vacuna inducirá una respuesta inmune, o si será segura. Es por eso por lo que estamos haciendo un estudio. En esta etapa no sería posible o prudente ponerla a disposición de toda la población”, dijo Jackson.
La mayoría de las investigaciones de las vacunas contra el coronavirus se enfocan en una proteína llamada “espiga” que tacha la superficie en el nuevo COVID-19 y permite que invada las células humanas, bloquea esa proteína y las personas no podrán infectarse.
Los científicos copiaron la sección del código genético del virus que tiene las instrucciones para que las células creen la proteína espiga. Encerraron ese “ARN” mensajero en una vacuna.
En el organismo se produciría una “mini fábrica” produciendo algunas proteínas de espiga inofensivas. Cuando el sistema inmune detecte la proteína extraña, se producirán anticuerpos para atacar y estará preparado para reaccionar rápidamente si la persona se encuentra con el virus.
La noticia representa un avance importante en la investigación de una alternativa para proteger a la población del coronavirus. Compártela.