Silvana, una mujer transgénero de 48 años llega a Buenos Aires, Argentina cuando aún era adolescente. Se enamora de la ciudad y de Néstor, un hombre con quien vive para después separarse. El tiempo la lleva a regresar con él y convertirse en la madre de su hijo.
La joven Silvana llega de su natal Perú a Buenos aires para acompañar a su mejor amigo quien se someterá a una operación de cambio de género. Quedó encantada de la nueva ciudad y no quiso volver a su país.
Se le hizo difícil conseguir empleo porque era menor de edad, y se hacía pasar por mayor para trabajar en locales nocturnos.
“Fingí que era más grande para que me permitieran la entrada a una discoteca de chicas trans, con eso podía pagar la habitación en la que dormía”, dijo al portal.
Caminando por la calle conoció a Néstor, un argentino de quien se enamoró. Vivieron juntos, a pesar de lo difícil que era en esa época aceptar una relación de pareja distinta a lo acostumbrado.
Después de seis años deciden separarse, pero se mantuvieron comunicados, especialmente con su suegra con quien mantuvo siempre muy buenas relaciones.
Néstor conoció a una mujer con quien tiene un hijo. Al poco tiempo, sin cumplir el niño dos años de edad, lo abandonó. Una vez solo, le pide apoyo a Silvana para sacar adelante al pequeño. Ella no lo duda ni un momento, regresan y forman una pareja de nuevo.
“La mujer se había ido de la casa. Se había quedado solo con un bebé y necesitaba ayuda. Nos encontramos y como nos seguíamos queriendo, volvimos a intentarlo”, dijo la chica.
Silvana asumió el reto de convertirse en la madre de ese bebé con la entrega de una madre de verdad
“No eres madre solo por parirlo, sino por criarlo, por entenderlo, por estar ahí cuando se enferma, por aconsejarlo y estar presente”, dijo Silvana.
Esta nueva vida fue maravillosa para Silvana. Crearon un hogar lleno de amor para el pequeño.
Roberto Carlos es el afortunado chico que pronto cumplirá 18 años, y le dice «Tía» a Silvana, quien lo adora como si hubiese salido de su vientre. Conoce su historia y está contento con su amorosa familia. Cuando le preguntan si desea conocer a su verdadera madre dice que no tiene ganas.
Los consejos de esta entregada madre acompañan al chico siempre, ella lo ama y quiere lo mejor del mundo para él. Por eso le aconseja que estudie y le da el ejemplo. Silvana culminó su bachillerato y a pesar de sus 48 años de edad está cursando una carrera universitaria.
Acontecimientos como este nos enseñan que los modelos preconcebidos sobre lo que es una relación típica de pareja, no determina que una familia sea feliz o que en su interior puedan o no fomentarse principios para formar a un buen ciudadano.
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