Como si la escuela no sea un espacio atemorizante para algunos niños que deben lidiar con las bromas y los comentaros de ciertos compañeros brabucones, una pequeña de sólo 6 años ha sido avergonzada en público por el propio personal de la institución y nosotros nos preguntamos ¿dónde quedó la sensatez de los adultos?
Anya Howard fue puesta en ridículo por el personal que trabaja en la cafetería de su escuela por una razón absurda: la pequeña no tenía el dinero suficiente para pagar por su comida.
Solo le faltaban 2,25 dólares a Anya para completar el pago de su almuerzo y la mínima cantidad fue la responsable de que haya tenido que pasar por un lamentable episodio que podría perseguirla por el resto de su vida.
Quizás, al trabajador de la cafetería le pareció gracioso, pero Anya se sintió muy mal por por el episodio que vivió frente a sus compañeros, solo para poder obtener su almuerzo.
Es realmente decepcionante pensar que haya instituciones que decidan tener este tipo de acciones contra los niños, cuyos padres se han atrasado con la cuenta de sus almuerzos.
La pequeña tomó la bandeja con comida, como de costumbre, pero se le pidió que por favor la regresara pues no tenía el dinero suficiente para pagar su almuerzo. Para empeorar el asunto, la pequeña fue sacada junto a otros compañeros de la fila y enviados a un patio.
Según comentó la pequeña, fueron unos 20 niños lo que debieron pasar por la vergüenza pública y ese día solo comieron sándwiches de mantequilla de maní y mermelada. De momento, Anya no supo cómo actuar y sólo regresó a su aula avergonzada.
«Se estaban riendo de nosotros», dijo Anya.
Este asunto ha molestado a su familia y con total razón, por eso su abuelo le ha exigido a los administradores del Distrito Escolar revisar las políticas de la Institución, pues el asunto es verdaderamente inaceptable.
“Cuando me hablaba de eso, estaba más que ‘triste’. Ningún niño debería pasar por lo mismo, ella apenas tiene seis años”, denunció Dwight Howard, abuelo de Anya.
La familia ha alegado que en ningún momento fueron advertidos sobre el déficit de saldo en los fondos cancelados por el almuerzo escolar de Anya.
«Esperaron hasta que quedara un centavo, le negaron la oportunidad de almorzar que tenía y después tuvo que ir al final de la fila para esperar un PB&J», comentó Howard.
Las políticas del Distrito contemplan que los padres deben ser notificados, cuando el saldo esté por debajo de los 5 dólares.
Si la Institución hubiese enviado algún recordatorio, los papás de Anya habrían actuado con prontitud y el asunto se hubiese evitado. Aunque ninguna deuda justifica la vergüenza que le han hecho pasar a los niños.
Las cuestiones de adultos deben resolverse entre adultos, es injusto que arremetan contra los más vulnerables. Comparte esta nota y ayúdanos a denunciar esta injusticia.