Cuando Mohammad Shahjahan, un humilde obrero del distrito de Netrokona, notó que a su hija le estaban comenzando a salir unas pequeñas verrugas en su cara, no le dio mucha importancia. Sin embargo, tan solo cuatro meses después las verrugas habían crecido rápidamente y tomado parte de su nariz, barbilla y orejas.
Preocupado, este abnegado padre decide tomar a su hija de 10 años y emprender un largo viaje hasta la capital de Bangladesh, donde la niña sería atendida por los especialistas del Hospital Universitario de Dacca. Mohammad sabía que en ese mismo hospital se encontraba bajo tratamiento Abul Banjandar, el mundialmente conocido «hombre árbol».
Los médicos deben determinar si Sahana Khatun también sufre de epidermosisplasi verruciforme como Abul.
La epidermosisplasi verruciforme es una enfermedad en extremo poco común, de la que solo se conocen 4 casos, todos hombres. Por lo que si se determina que, en efecto, es esta la enfermedad que está padeciendo Sahana, la pequeña niña se convertiría en la primera «mujer árbol» del mundo. Puedes recordar la historia del hombre árbol aquí, ha sido operado 16 veces.
Afortunadamente, a diferencia de Abul, quien antes de recibir atención médica no podía valerse por sí mismo y tuvo que abandondar su trabajo de conductor para dedicarse a la mendicidad, las verrugas de Sahana no le han impedido llevar una vida normal.
Mohammad y Sahana solo se tienen el uno al otro.
Por otro lado, el caso de Sahana significa para la ciencia la posibilidad de hacer grandes avances en el estudio de la epidemosisplasia verruciforme, puesto que la enfermedad sería tratada desde su etapa inicial. En este momento, no es mucho lo que se sabe al respecto y los médicos deben determinar cuál será el tratamiento indicado para la niña y cómo pueden estas verrugas afectarle en el futuro.
También es primordial entender cómo Sahana ha contraído esta enfermedad en la piel. Comúnmente, la causa de esta afección se le atribuye a la genética, pero ahora los médicos ponen en tela de juicio esta premisa debido a que Abul y la niña no están relacionados entre sí y ningún familiar ha sufrido nada parecido a lo que ellos padecen.
Los especialistas confían en que estudiando a Sahana podrán llegar a la cura de este padecimiento.
«Somos realmente muy pobres. Mi hija perdió a su madre cuando apenas tenía 6 años. Yo tan solo espero que los doctores logren remover las verrugas del hermoso rostro de mi hija», dice Mohammad Shahjahan. No olvidemos que la sociedad bangladeshí es muy estricta, por lo que la enfermedad de Sahana no solo representa un grave problema de salud, sino también económico: si es rechazada por la comunidad, probablemente nadie querría contraer nupcias con ella y la familia tendría que pagar una dote muy elevada para que algún hombre la reciba como esposa.
No obstante, tomando como referencia el caso del «hombre árbol» y su sorprendente mejoría, el futuro de Sahana es muy esperanzador. Luego de 18 operaciones, Abul Bajandar, cuyas verrugas en pies y manos llegaron a pesar 5 kg, finalmente puede utilizar su mano izquierda y se siente completamente feliz de tener su vida de vuelta.
¡Dos operaciones estéticas más y Abul podría ser dado de alta en un mes!
Gracias al tratamiento médico, Abul ahora puede cumplir su sueño de tocar a su hija e incluso ha podido jugar con ella. Por su parte, el camino de Sahana apenas comienza, pero los doctores guardan la esperanza de que su recuperación sea mucho más rápida.
Los mejores deseos para Sahana y Abul ¡Comparte su historia!