Cuando Michael Becerril se acercó a recibir su diploma de graduación, se aseguró que dijeran bien en alto:
«En memoria de Jenny».
Lo que le llevó a tomar esa decisión de pronunciar ese nombre para que llegara a todos los rincones, responde a una conmovedora historia con la que es difícil no llorar.
«Me sentía muy orgulloso, sabía que sin ella yo no habría tenido esa oportunidad de vivir», comenta el joven sobre Jenny.
Michael tenía sólo 10 meses cuando junto a su madre Celia escapaban de una dura situación de violencia. Sin saber por dónde empezar, como ángeles del cielo llegaron a sus vidas Naomi y sus 4 hijos.
El caso de Naomi no era muy diferente que el de Celia, pero su pesadilla ya había terminado y empezaba una nueva vida en Los Ángeles, así que le ofreció toda su ayuda a la madre de Michael. «Entre las dos vamos a salir adelante», le prometió.
Así que acogió a Celia y a su bebé en su departamento, hasta que el 7 de septiembre de 2002 una terrible tragedia empañó con sangre la vida de estas humildes familias.
Celia y Michael cuando era apenas un bebé.
La madre de Michael recuerda con dolor cómo ese fatídico día un hombre en una bicicleta pasó por la casa donde vivía con Naomi. Los niños jugaban dentro de la casa mientras las mujeres estaban ocupadas con la ropa en el patio, y el pequeño Michael estaba en un andador bajo el árbol. De pronto un hombre en un auto empezó a increpar al chico de la bicicleta con insultos racistas y se desató un altercado con balas; en su afán de huir el joven entró corriendo a la casa buscando protección.
Pero entonces la pequeña Jenny reaccionó inmediatamente con una valentía heroica y regresó por el pequeño Michael que estaba solito bajo el árbol. En ese intento por salvarle la vida, una bala perdida la alcanzó e irónicamente perdió su vida rescatando al bebé que ahora ya es bachiller.
Con las pocas fuerzas que le quedaban, Jenny, de 9 años, alcanzó a entrar a la casa y se desplomó con el pequeño en brazos tras sufrir la herida de una ráfaga de balas. Al mismo tiempo, su hermana menor Heidi también resultó afectada con heridas menores.
«Es muy difícil, una vida de un hijo no se paga con nada, no sé cómo agradecerle a Naomi, no sé cómo pagarle. Ella perdió a su hija y yo tengo al mío al lado», dice la madre entre lágrimas.
Michael jamás ha olvidado a esa niña a la que le debe la vida, llora cada vez que lo recuerda a pesar de haber sido apenas un bebé. La lleva en su cartera siempre.
Y lo más duro es que la trágica muerte de la pequeña distanció a ambas familias, pero el recuerdo permanece en sus corazones.
Mientras este joven y su madre recordaban sin poder contener el llanto el triste suceso, una gran sorpresa estaba por suceder: un periodista propició el encuentro entre las familias al cabo de los años.
Lo que se dijeron es absolutamente conmovedor. ¡Imposible contener las lágrimas!
Michael ahora siente que debe continuar el legado de Jenny y quiso agradecerle alistándose como infante de la Marina de los Estados Unidos para salvar vidas, y así perpetuar una cadena de favores.
¡No te vayas sin compartir esta conmovedora historia de la heroica Jenny y este joven que agradece cada segundo de su vida!