Dicen que el amor verdadero es capaz de sortear cualquier dificultad y prevalecer a través del tiempo, más allá de los momentos buenos o malos, así como de la salud y la enfermedad. Esto es lo que ha demostrado una humilde pareja de ancianitos que se mantienen juntos, trabajando arduamente pese a su avanzada edad para poder cuidar uno del otro.
Han estado casados durante 55 largos años
Jesús Martínez y Ana María García son dos ancianitos mexicanos, quienes viven en la ciudad de Torreón y se trasladan seis días a la semana a una zona llamada Lerdo, ubicada a cientos de kilómetros de distancia, para poder trabajar.
A sus 75 años de edad, esta pareja debe arribar a Lerdo para poder colocarse a las afueras de una tienda departamental. Ahí es donde venden, llenos de esperanza, dulces para poder alimentarse diariamente y comprar los múltiples medicamentos que necesitan.
Trabajan de lunes a sábado pese a su grave estado de salud
Si bien su amor los mantiene fuertes, la edad ha mermado su cuerpo. Ambos están enfermos y padecen de diversos dolores en sus extremidades que les dificultan poder caminar sin inconvenientes.
Pero esta pareja sabe que no tiene otra opción más que seguir trabajando casi toda la semana para, además, poder comprar los pañales para adultos que ambos necesitan debido a su edad y a sus complicaciones de salud.
«Trabajamos, vendiendo dulces, haciendo la luchita», afirma Don Jesús.
Don Jesús y Ana María tienen 5 hijos, pero ninguno de ellos se hace responsable de los muchos cuidados y gastos que tienen. Así que no les queda más que recurrir a los buenos corazones de los transeúntes que caminan a las afueras del lugar en donde venden.
Afortunadamente, son muchas las personas que sin conocerlos deciden ayudarlos, apoyándolos con un poco de dinero, alimentos o productos que les son de gran ayuda en su vida diaria.
«Gracias a mi padre Dios, la gente no nos deja morir. Viera cómo nos ayuda la gente, yo ahí pido porque necesito comprar pañales, mi medicina y ahorita no traigo nada», comenta Ana María.
Anteriormente, Don Jesús trabajaba como vendedor de distintos productos, además de los dulces. Pero, debido a la fuerte crisis económica que vive actualmente, no ha podido comprar mercancía con la cual tener mejores ingresos.
Sin importar qué actividad laboral realice, Ana María se mantiene al lado de su querido esposo, avanzando con pasos firmes pese a que se encuentra aún peor de salud y no tiene los recursos para poder acudir con un médico.
Este par de ancianitos únicamente esperan que las personas sigan ayudándoles a comprar sus dulces. Así que, si tienes la oportunidad de visitarlos, puedes apoyarlos con medicinas, pañales o adquiriendo sus dulces.
Historias como estas no dejan de conmovernos el corazón. No dejes de brindar una mano amiga a todas esas bellas parejas de ancianitos que nos demuestran qué es el verdadero amor. Comparte.