En estos tiempos de pandemia, hay una realidad que no podemos evadir. La muerte, inexorable, ya nos ha separado de muchos seres queridos. Sin embargo, ellos ya se han ido, nosotros hemos quedado para honrarlos.
Y existen historias de amor tan intensas, nacidas de dos almas tan compenetradas entre sí, que ambas se resisten a separarse y se van juntas.
Esta es la historia Martyn y Tina Rodgers, una dulce y amorosa pareja de Leeds, West Yorkshire, Reino Unido, de 58 años cada uno. Novios inseparables desde la infancia, dieron positivo al coronavirus y murieron en el mismo hospital, el 2 y 14 de enero de este torbellino que ha sido el 2021, es decir, con tan solo 12 días el uno del otro.
Desde que ambos se conocieron, jamás se separaron. Donde quiera que Martyn iba, allí estaba su amorosa mujer, a su lado.
Cuando Tina sentía frío o estaba triste, Martyn le arrancaba una sonrisa con sus payasadas. No sabían de la existencia del uno sin el otro, se ayudaban, se apoyaban, se consolaban mutuamente.
Resulta que su hijo, Craig, de 33 años, trabajador de la salud británica se culpa por haber sido él quien transfirió el virus mortal a casa de sus padres, en Leeds. Se encuentra inconsolable, con el corazón roto por tan terrible pérdida.
“El virus no ha destruido ni destruirá jamás mi amor por ustedes, que permanece incólume como el primer día. Y es la muerte. Todas las familias han perdido o perderán un ser querido, porque la pandemia no mira condición social, títulos o grados académicos, solo aparece”, escribió afligido Craig, en una publicación.
Martyn y Tina Rodgers fueron inseparables hasta el final, estuvieron casados durante 25 años hasta que la fría muerte les tomó por sorpresa, sin misa ni confesión. El dolor que siente la familia y Craig, al igual que su hermano Andy, de 25 años, es indescriptible.
Tina fue diagnosticada con esclerosis múltiple, una enfermedad de base, hace 12 años atrás. Por su parte, su esposo Martyn recibió la noticia de su muerte mientras libraba la batalla contra el virus.
A través de su publicación en las cuentas de las redes sociales, Craig y Andy han pedido a la comunidad en general, que se respeten los protocolos impuestos y las medidas de confinamiento, como un requerimiento sincero, como una súplica para que los demás nos veamos reflejados en ese mismo espejo y nos cuidemos.
“Somos la prueba viviente de que esto es terrible, no se lo deseo ni a mi peor enemigo”, dijo Andy, el hijo menor.
La despedida de un ser querido siempre ha sido muy difícil, pero, aún mucho más en estos tiempos. Porque los pierdes de vista, solo te despides al momento de llevarlos al hospital; después, el contacto con tu ser amado se disipa hasta anularse por completo.
Necesitamos prepararnos espiritualmente para enfrentarlo, aunque nunca sabremos cómo, ya que, la verdadera experiencia se vive, viviéndola. Sin embargo, este testimonio nos demuestra que el amor es más fuerte que la muerte y que cualquier dificultad.
Por grandes que sean las adversidades, estas no podrán apagar el amor que sentimos hacia nuestros padres, hijos, tíos, abuelos, sobrinos y amigos. Comparte esta historia con tus seres queridos.