El pasado 26 de enero, toda la fanaticada del baloncesto, los medios de comunicación y la opinión pública mundial quedaron paralizados al conocerse el trágico deceso de la súper estrella de la NBA, Kobe Bryant, mientras viajaba con otras ocho personas a bordo de su helicóptero privado cuando impactó contra una montaña.
Para mayor conmoción, en la aeronave siniestrada, además de las otras ocho personas se encontraba Gianna, la pequeña hija del atleta, de tan solo 13 años de edad, quien estaba fuertemente unida a su padre por el amor al baloncesto.
El Departamento de Policía de Los Ángeles informó que esa oscura mañana del domingo se había tomado la decisión de que todos sus helicópteros de la zona aterrizaran y ninguno despegase debido al mal tiempo, pero el aparato en el que murieron Kobe Bryant, su hija y otras siete personas decidió volar.
Esto se confirmó a través de un conjunto de audios entre los controladores aéreos y el piloto analizados por la prensa local, que demostraron que este recibió una autorización especial para volar en un clima de niebla y condiciones no óptimas.
Según se desprendió de las informaciones, el piloto contactó con la torre de control en el aeropuerto de Burbank alrededor de las nueve y media de la mañana, e informó que llevaba 15 minutos sobrevolando el área.
A través de los registros, se pudo conocer que el helicóptero en el que viajaba Kobe Bryant rodeó el área del Zoo de Los Ángeles hasta seis veces a una altura muy baja, tal vez a la espera de que la niebla se despejara.
“Vuela demasiado bajo para guiarlo en este momento”, le dijo la torre de control al piloto.
El aparato viró hacia el norte y, en fracción de segundos, se vio envuelto en una niebla demasiado espesa para poder maniobrar, por lo que se dirigió entonces a la zona montañosa de Calabasas, lo que supuso un violento ascenso de 365 a 600 pies de altura.
Por su parte, Kurt Deetz, expiloto de Island Express Helicopters y quien trabajara también para el exjugador entre 2014 y 2016, afirma que el helicóptero en que viajaba el atleta de de 41 años de edad, tenía un gran historial de seguridad.
“Kobe viajaba en la Two Echo X-Ray, de la compañía Sikorsky S-76B, y con un registro de cola Nº N72EX. Es una nave bastante segura. Volamos juntos muchas veces en ella”, añadió Deetz
Además, según los expertos, la aeronave construida en 1991 tenía dos motores gemelos y podría haber seguido volando solo con uno perfectamente. Un fallo simultáneo de los dos motores es casi imposible.
La aeronave salió del aeropuerto John Wayne a las 9:06 de la mañana y cuarenta minutos después las autoridades recibirían la trágica llamada. Volar en helicóptero era una rutina habitual para Bryant, incluso desde su etapa de jugador activo.
El motivo para elegir este medio de transporte no era otro que esquivar las horas de tráfico por carretera y reducir así el impacto que suponía para sus lesiones físicas estar varias horas sentado en un automóvil antes de cada partido con su amada camiseta de los Lakers. Y además, quería pasar tiempo de calidad con su esposa e hijas.
Sea cual sea el motivo del accidente, que con tecnología se intentó recrear en el vídeo, lo cierto es que el mundo del baloncesto ha perdido un gran jugador y una familia un gran padre y una muy amada hija. Sin contar la pérdida de los allegados a los demás fallecidos.
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