Esta es la emotiva historia de una pareja que tenía una relación muy feliz, soñaban con el día de su boda para jurarse amor eterno delante de Dios y sus seres queridos, pero lamentablemente el destino jugó en contra.
El 22 de enero John Polo perdió a su futura esposa Michelle. Ella había pasado los últimos tres años luchando con una extraña forma de cáncer.
Días después, revisando las fotos del teléfono de quien sería su futura esposa él encontró algo que jamás se esperaba.
Unas fotos de su preciosa novia probándose el vestido que usaría para caminar hacia el altar. ♥
El joven y devastado viudo compartió las fotos a través de una página web que se llama “Love what matters” (Ama lo que importa).
En un asombroso homenaje a su amada esposa este joven derritió los corazones de todos los seguidores de la página.
Él ha captado mejor que nadie el sentimiento de perder a tu pareja cuando ambos se imaginaban y estaban planificando un futuro juntos.
Él y Michelle tenían un destino juntos y vivieron hasta el último de sus días ese amor que los unió.
Su unión civil tomó lugar tres días antes de que Michelle entrara a su primera cirugía.
Ellos no tenían forma de saber si ella lograría salir con vida de esa cirugía así que se apresuraron a casarse.
En la oficina del Ayuntamiento local una unión civil sencilla fue todo lo que necesitó Michelle para darle fuerzas para seguir adelante con la cirugía.
Ellos se apresuraron a convertirse en esposo y esposa así como se apresuraron a vivir su vida juntos.
Cuando el cáncer regresó ellos decidieron planificar una “boda real”, pero era tarde para Michelle, quien no lograría llegar al día de su boda. Su enfermedad avanzaba demasiado rápido. Lamentablemente partió sin que pudiera cumplir ese anhelado sueño dejando a su novio devastado.
John recuerda los últimos días de Michelle en el hospital.
«A todos les hablaba de la boda que tendríamos. Se reía emocionada contándoles que sería una gran fiesta. Ella ya no estaba suficientemente lúcida para saber que no llegaría a ese día».
Una de las cosas que más feliz había hecho a Michelle durante esos días finales fue encontrar su vestido de novia soñado.
Ella reía como niña al hablar del vestido imaginando cómo sería caminar hacia el altar vestida con ese maravilloso atuendo de novia que había esperado toda su vida.
John Polo comenta en una publicación muy sentida sobre sus grandes arrepentimientos.
”Tengo tantos. Me arrepiento mucho”, dice devastado el joven viudo. “Pero no verla a ella caminar al altar en su vestido soñado es el primero en la lista”.
Michelle murió dos semanas antes de la fecha pautada para la boda.
Pero al menos tuvo esos momentos de luz, ella obtuvo ese vestido, su vestido. El que la hizo tan feliz, el que ella amaba tanto.
Una semana después de su fallecimiento John Polo estaba en su cama revisando las fotos del teléfono de Michelle cuando se encontró con las imágenes de ella probándose su vestido.
Él vio la gran sonrisa en su rostro iluminado y quedó paralizado, tan contento como desolado con lágrimas corriendo sobre su rostro.
Allí estaba ella. Su novia. En ese vestido que nunca la pudo ver usar.
«Michelle perdió la vida sin que yo pudiera verla en ese vestido soñado».
John Polo no pudo evitar compartir estas imágenes con un sentido homenaje que demuestra la gran capacidad del amor, capacidad de sanar, de trascender y de brindar esperanzas.
“Mi novia
En ese vestido.
Quiero vivir una larga vida
Quiero casarme de nuevo y tener nietos
Quiero escribir y enseñar
Quiero llevar mi mensaje por todo el mundo
Quiero contarles todo lo que aprendí del amor, la pena, el duelo y la fortaleza.
Pero, cuando mi hora llegue voy a correr allá arriba,
No. Voy a volar por esa recta final para llegar allá
A verla.»
Esta maravillosa historia de amor se vio cortada por el cáncer, pero John Polo a través de su blog Better not Bitter Widower (Viudo Mejorado no Amargado)
Él habla del duelo y las pérdidas de una forma que le ha permitido sanar y también ayudar a otros en su camino a la reconciliación.
Comparte esta asombrosa historia de amor, siempre se puede obtener lo mejor de la vida, aunque nos toque ver el lado oscuro por un tiempo.