Las algas en algunas oportunidades invaden la superficie de las playas haciendo que el exceso tenga que ser retirado, tal como ocurrió en el Caribe de México con el tipo de macroalga conocido como sargazo.
Para nadie es un secreto que muchas de nuestras playas están invadidas de material que pueden reutilizase, algunas personas han decidido sacarle provecho para brindarle mayor oportunidad no solo a nuestro ambiente sino a personas necesitadas.
La proliferación de algas en el Caribe mexicano afecta el medio ambiente.
Un hombre en México aprovechó que muchas de las playas de su localidad están siendo afectadas por la invasión de macro algas verdes conocidas como sargazo.
Su nombre es Omar Vázquez Sánchez, el responsable de usar material de construcción económico y ecológico para las personas de pocos recursos.
El sargazo puede tener múltiples funciones y Omar tuvo una increíble idea.
Omar Sánchez es habitante de Puerto Morelos en el estado de Quintana Roo, México. Su preocupación al ver las playas invadidas de sargazo lo motivó a transformar el material ecológico, para construir viviendas resistentes con cualidades térmicas aptas.
Un pequeño proyecto que inició con poco y se transformó en toda una empresa.
La primera casa construida con este material fue la casa de Angelita, donada a una familia de bajos ingresos económicos. Sánchez diseñó bloques parecidos a ladrillos, el 60% es sargazo, el otro 40% son materiales orgánicos.
En las viviendas no se utiliza concreto, cemento, o cualquier otro material que produzca daños ambientales.
Todo surgió a partir de la composta a base de sargazo que recolectaba en la costa y de la necesidad de ayudar a los más desfavorecidos mientras preservaba el medio ambiente que tanto daño ha sufrido en los últimos tiempos.
Al respecto Sánchez señala:
“El mar nos está diciendo que todos, como seres humanos, hemos contribuido a la afectación del planeta. Todos se alarman, pero pocos hacen algo. Yo he tratado de verle el lado bueno, de aportar algo y usarlo”.
Al principio los bloques eran diseñados a mano, contaba con la ayuda de seis personas, aproximadamente tenían una producción diaria de mil bloques. Hoy día cuenta con una fábrica en Mahuahual, desde acá atiende pedidos para varias zonas, como en Tabasco, Campeche y Chiapas.
Cientos de personas se están favoreciendo con tan increíble idea.
El fruto de su esfuerzo lo llevó a convertirse en el presidente de la empresa de Blue Green México, junto con su equipo de trabajo han logrado transformar el sargazo en fertilizante, y ofrecerle a los más necesitados una casa digna con todas las comodidades.
Omar ha logrado transformar la materia prima que está afectando a algunas playas que conforman el Caribe. Gracias a su proyecto muchas familias han mejorado su calidad de vida y han tenido acceso a una vivienda digna cuando antes les parecía imposible.
Su costo es un 50% más económico que una casa de adobe.
El empresario ya tiene una lista de viviendas para construir, a pesar de que el sargazo produce un olor natural, en su proceso elimina cualquier mal olor, ofreciendo viviendas seguras, térmicas y con mejor acústica.
Además, la capacidad de este material para regular la temperatura disminuye el consumo de energía eléctrica, lo cual es otra ventaja para preservar nuestro planeta. Y también, para la economía de las familias que habiten estas viviendas.
Sus habitantes podrán disfrutar de una hermosa vivienda con todas comodidades.
Sin duda este hombre ha demostrado que con poco podemos hacer la diferencia. Qué bueno que existen personas que quieren salvar al planeta y ayudar a las personas más necesitadas. Las iniciativas así merecen ser replicadas para inspirar a otros a sensibilizarse con el dolor de los demás y hacer la diferencia.
Una sola persona puede tener la iniciativa, pero si trabajamos en equipo los resultados serán sorprendentes, nuestro planeta lo agradecerá. Admiramos este grandioso proyecto que ha tenido un resultado extraordinario.