Hay héroes de carne y hueso entre nosotros. Personas que gracias a un gran sentido de la humanidad y el desprendimiento, son capaces de sacrificarse por sus semejantes. Esta es la historia de William Kyle Carpenter, soldado de primera de la marina de los Estados Unidos. Quien realizó una hazaña impensable.
Kyle, con apenas 21 años de edad fue enviado a la guerra de Afganistán. Recibió junto al resto de sus compañeros un entrenamiento de alto nivel militar. Sin embargo, hasta el más completo entrenamiento puede verse impedido en situaciones de la vida real. La guerra es más que un ensayo en donde a nadie le pasa nada.
Cuando estás en el campo de batalla las opciones de qué hacer son pocas y más cuando las decisiones se toman en cuestión de segundos. Resulta que en noviembre del 2010 Kyle se encontraba en un enfrentamiento con fuerzas enemigas y en medio de la frenética batalla cayó una granada cerca de él y uno de sus compañeros de combate.
El joven Kyle realizó un breve cálculo y pudo darse cuenta que esa granada acabaría con la vida de su compañero y dañaría al resto del equipo y decidió lanzarse sobre ella.
¡Kyle usó su cuerpo como escudo y logró detener la explosión!
Cualquiera creería que una detonación de esta naturaleza acabaría con la vida de alguien. Sin embargo, Kyle tuvo suerte ante su heroica acción. Aunque su organismo recibió severos daños dadas las esquirlas incrustadas en todo su cuerpo, aún permanecía con vida.
Al ser trasladado al puesto médico en el frente de batalla, viendo su deplorable estado, lo creyeron muerto. Kyle reunió todas las fuerzas que pudo y se rehusó a morir, sobrevivió y se recuperó ante el asombro de todos.
Kyle ha logrado recuperar su vida