Los padres siempre desean lo mejor para sus hijos y cuando ven que corren peligro, hacen lo imposible para protegerlos. Es lo que hizo el padre de Valeria Gutiérrez, una niña mexicana de 11 años de edad, al permitir que subiera a una furgoneta para protegerla de la lluvia. Fue la última vez que la vio con vida.
Su papá la había recogido de la escuela y viajaban a su casa en bicicleta. Según lo que comentó su padre, comenzó a llover y para que la niña no se mojara le dijo que se subiera a una unidad de transporte público, la número 40; él seguiría al vehículo en su bicicleta.
El vehículo desapareció de su vista y pensando en encontrar a Valeria cuando llegara a su casa, siguió su camino. Pero la niña nunca llegó a su destino. Llamaron inmediatamente a la policía, pero no fue hasta un día después que encontraron a la pequeña sin vida.
Cuando los padres de Valeria denunciaron la desaparición, los agentes dieron largas a la familia para levantar la denuncia porque aseguraron que aún no transcurría el tiempo requerido y tardaron más de 24 horas en activar la alerta.
Pasaron largas horas en el Ministerio Público sin conseguir el respaldo necesario de las autoridades. Sólo obtuvieron respuestas negativas para localizar a la menor y lo único que les decían era:
«Está bien, hablen con su novio, se fue con su novio».
De acuerdo a lo que declaró la hermana de Valeria, Karia Aylin, los vecinos se movilizaron en señal de solidaridad con la familia y entre todos encontraron la furgoneta. Dentro se encontraba recostada Valeria, vestida con su uniforme escolar, con la ropa interior abajo y ya sin vida.
El chofer de la furgoneta fue arrestado e identificado como José Octavio Sánchez Razo, de 43 años. Horas después, el propio hombre confesó haber violado y asesinado a Valeria, narrando con detalles a las autoridades la forma en que atacó a la menor. Tras su confesión, el Ministerio Público dispone ya de elementos suficientes para comenzar un proceso en su contra por los delitos de violación y homicidio doloso.
El asesino cuenta, según datos de la fiscalía, con antecedentes penales en la Ciudad de México; se le culpan de al menos cuatro ataques sexuales anteriores, por los que ya fue encarcelado y se investiga su posible relación con otras agresiones sexuales registradas en la zona oriente del Estado de México.
Según las autoridades, no hay signos de heridas hechas con algún arma, por lo que se cree que la víctima fue asfixiada.
El caso de Valeria es uno más de los que se suman a miles de mujeres que han sido asesinadas en el Estado de México. Los familiares y amigos se han unido en protestas y no pueden más que manifestar su indignación.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México ha anunciado que abrirá una investigación sobre cómo actuaron las autoridades cuando los padres de Valeria fueron a denunciar la desaparición de su pequeña.
Crímenes que no pueden quedar en la impunidad. #NiUnaMenos es uno de los mensajes que se manifiestan en las calles y llaman a las autoridades a velar por la seguridad. Es necesario que se tomen medidas y que las autoridades cumplan con su papel. Si hubieran actuado a tiempo, quizás su destino hubiera sido diferente.
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