La ciencia ha venido demostrando avances sorprendentes en los últimos años. La clonación y asombrosos trasplantes son algunos de los logros que ciertos científicos se han apuntado en nombre de la salud.
Sin embargo, detrás de cada uno de estos progresos siempre hay un nivel de riesgo y como en toda prueba, es necesario de un voluntario que se ofrezca ser el primero en recibir el tratamiento.
De este modo tenía planificado un hombre de 33 años, que estaba dispuesto a ser decapitado para unir su cabeza a un nuevo cuerpo saludable. Sin embargo, el amor lo ha hecho cambiar de opinión.
Valery Spiridonov, está incapacitado y durante dos años este experto en informática estuvo trabajando con el Dr. Sergio Canavero, quien es conocido como ‘Dr. Frankenstein’, por sus inusuales operaciones. El ruso se ofreció de voluntario para que el profesor Canavero le cortara el cuello y le volviera a unir su cabeza a otro cuerpo que sí estuviese saludable.
A pocos meses de la operación, el voluntario se ha retractado y le ha notificado al médico que sus intentos para realizar el primer trasplante de cabeza en el mundo deberán ser aplicados a algún voluntario chino. Ahora el Dr. se encuentra en el país asiático, recibiendo apoyo económico del gobierno para poder llevar a cabo la operación futurista.
Valery Spiridonov conoció a Anastasia Panfilova y se ha mudado a Estados Unidos, donde empezó a estudiar análisis computacional de las emociones, en la Universidad de Florida. El amor y los nuevos proyectos hicieron rectificar al voluntario, quien no está dispuesto a arriesgar su vida en la operación.
El Sr. Spiridonov padece de Werdnig-Hoffman, una especie de atrofia muscular espinal que lo mantiene en una silla de ruedas. Sin embargo, su condición no ha sido un impedimento para que el amor entre él y su pareja diera frutos.
Anastasia tiene una maestría en tecnología química y estudió anteriormente en Italia. La pareja se conoció en el entorno laboral y de inmediato hubo química entre ellos, así que decidieron casarse el año pasado en una ceremonia celebrada en Moscú.
“Las personas en sillas de ruedas son mucho más profundas, de sentimientos más fieles, de buen corazón, y también suelen ser muy inteligentes… ¿no es eso lo principal?», dijo Anastasia Panfilova.
Ahora, la feliz pareja disfruta del amor y la llegada de su bebé, quien ha venido a completar su hogar. El Sr. Spiridonov renunció a la posibilidad de caminar debido a los altos riesgos que representaba la operación.
De forma contraria, optó por la estabilidad de un hogar y por una silla de ruedas que funciona a través de comando de voz. Además, el hombre trabaja en proyectos de consultoría.
Parece que el mundo tendrá que esperar porque otro voluntario se apunte al primer trasplante de cabeza. Comparte con tus amigos esta curiosa nota y déjales saber la fuerza del amor.