Los vecinos de una humilde mujer decidieron sorprenderla con un gesto que ella jamás podrá olvidar: le regalaron una vivienda tras haber perdido la suya.
Rosa, es empleada de una compañía de limpieza, ha sido la responsable del mantenimiento de un edificio durante 20 años.
Durante su larga trayectoria en el cargo se ha ganado el cariño de todos los residentes del lugar, quienes reconocen su compromiso con el trabajo y su generosidad.
Para los residentes Rosa es parte de su familia, ella conoce prácticamente a todas las personas que viven en el edificio e incluso a muchos los ha visto crecer y cumplir sus sueños.
Pero, como la ha pasado a casi todas las personas, debido a la pandemia Rosa no pudo ir a trabajar y se quedó sin dinero para pagar el alquiler de su vivienda.
Fue entonces cuando esas personas que conocen el buen y honrado trabajo de Rosa le hicieron el mejor e inesperado regalo que le podían dar.
Rosa, quien por dos décadas ha hecho la limpieza con amor y pasión en el mismo edificio, se vio obligada a abandonar su hogar e irse a vivir donde su hermana.
Los residentes que tenían tiempo sin ver a Rosa se enteraron de la situación por la que estaba pasando y decidieron ayudarla.
Todos los vecinos estaban muy conmovidos y no dudaron en solidarizarse con ella
Un día la llamaron para que fuera al edificio, pero sin decirle la verdadera razón. Le tenían preparada una sorpresa que se quedaría marcada en su memoria y en su corazón para siempre.
Rosa sin imaginar la experiencia que iba a vivir ese día se puso su uniforme y llevó sus artículos de limpieza pensando que la habían llamado para hacer el aseo del lugar, pero cuando llegó se enteró que no era para trabajar.
Ella no podía creer lo que estaba sucediendo, fue como un sueño
Los vecinos la hicieron subir por el ascensor y entrar a un apartamento que estaba completamente vacío, y una vez ahí le dieron la noticia que la emocionó tanto que no pudo contener las lágrimas.
Sin que Rosa se diera cuenta, en el ascensor la grabaron con notas sobre ella
El inmueble era para ella y el alquiler correría por parte de la comunidad de vecinos.
Rosa estaba incrédula, pensaba que se trataba de una broma de mal gusto, después de caer en cuenta que era verdad estalló en lágrimas de emoción, era el mejor gesto que le habían hecho en 20 años.
Era un apartamento de 4 dormitorios, 3 baños y dos balcones, un lugar donde vivir que jamás se imaginó tener. Cada paso que daba por el apartamento aumentaba su emoción.
Sin lugar a duda la vida de Rosa dio un giro de 360 grados gracias a la generosidad de los inquilinos del edificio que encontraron la mejor manera de agradecerle.
Con ese acto de solidaridad quisieron retribuirle el amor, la entrega y el trabajo que ella les ha dado durante dos décadas.
Ahora Rosa no solo es la persona que se encarga del mantenimiento del edificio, sino que se convirtió en una vecina más.
Es como un sueño para ella vivir junto con quienes han sido su familia por tanto tiempo.
En un momento tan crítico, Rosa recuperó la esperanza y la sonrisa, recibió una recompensa por ofrecerles a los demás tanto cariño mientras desempeña su trabajo con profesionalismo, ética y entrega.
Desde que la historia se difundió en las redes miles de personas han expresado su admiración hacia los vecinos que le dieron a Rosa la oportunidad de volver a tener un hogar.
Finalmente, ella descansará tranquila, confiada en que sí podrá salir adelante a pesar de las adversidades y en que no está sola.