De los padres se espera lo mejor para sus hijos, cuidado, amor y entrega. Pero, venderlos para mantener sus vicios y bajas pasiones, como hizo un hombre en China, es una de las acciones más abominables que puede cometer cualquier ser humano.
Lu, un hombre de Fujian, China, vivía con sus dos hijos: una niña y un niño, después de que su pareja lo abandonó, y a él le tocó criarlos solo.
El insensible padre, aduciendo que no podía mantener a los pequeños, decidió vender a la niña a una pareja de apellido Chen, que vive en Fuzhou, una ciudad que está a 110 kilómetros de distancia de Putian, la ciudad donde nació Lu.
Allí se encontraron por vez primera y el padre les mostró un vídeo y fotos de la niña, y después de la negociación recogieron en se mismo lugar a la pequeña.
El monto de la transacción fue por una cantidad equivalente a unos 11,500 dólares. Los Chen pagaron lo acordado argumentando “tarifas de nutrición” y, además, firmaron un supuesto contrato de “adopción”.
Lu hizo el ilegal negocio a través de dos intermediarios quienes lo pusieron en contacto con la familia interesada en quedarse con la niña.
Al parecer, los esposos Chen presentan problemas de infertilidad, y el único hijo que lograron concebir murió en 2017.
El caso se supo cuando los compradores realizaban trámites para lograr una identificación para la niña, pero utilizaron un certificado de nacimiento falso.
El caso fue descubierto por la fiscalía del distrito de Jin’an en Fuzhou y asumió las acciones legales en contra de Lu, ahora enfrenta cargos de trata de niños.
Cuando indagaron sobre el destino que el ruin padre hizo con los fondos recibidos, se dieron cuenta de lo gastó todo pagando servicios en línea de sus presentadoras favoritas de vídeos para adultos en vivo.
Lu les pagaba a mujeres que se ganan la vida haciendo transmisiones en vivo en plataformas de vídeo como Kuaishou.
Este tipo de shows con mujeres en poca ropa, o usando lencerías sugestivas ha ido en crecimiento exponencial en china.
Y Lu necesitaba dinero para su adicción a este tipo de cosas, por eso la solución más fácil para costearlo fue tan sencilla para él, como vender a su inocente hija.
Las autoridades chinas han intentado controlar estas actividades, de hecho, han realizado algunas prohibiciones en cuanto a la vestimenta provocativa de estas chicas, así como no permitir que realicen acciones sugestivas con frutas como bananas.
En cuanto al bienestar y el futuro de la niña, todavía se desconoce. Esperemos, por lo menos que la familia sepa amarla y cuidarla como a una hija, y puedan darle una vida digna.
Comparte este dramático caso con todos tus amigos y conocidos. Y valoremos el amor, respeto y cuidado hacia nuestros niños.