La mejor manera de cambiar la rutina mental es viajar. Viaja, querido amigo, viaja, amiga sin par. Aunque sea durante unas horas, para comprender mejor y cambiar nuestras vidas, es necesario regalarse un viaje.
Y es que, todos tenemos un lugar soñado, ¿y a quién no le gustaría visitarlo?, ¿verdad?
La mejor chispa para encender ese fuego interno que todos llevamos por dentro es a través del viaje. Arriésgate y viaja, porque, como decimos, solo intentando una nueva aventura se crece personalmente.
Cuando uno viaja, sobre todo fuera de las fronteras que lo rodean, experimenta una sensación de madurez sin precedentes. La visión del mundo y de la vida dan un giro de 180 grados.
Viaja y sonríele a la vida desde cualquier rincón del mundo, el día de hoy no volverá jamás.
Aprendemos a valorarnos y a admirar de lo que somos capaces cuando nos adentramos en un viaje por lugares hasta ahora desconocidos.
Viaja, no caigas en el mismo ciclo de postergación en el que caen muchas personas, sea por las razones que sea. Una vez más, sé tú mismo y da el paso.
No busques excusas en la falta de dinero. Si bien resulta necesario para cubrir gastos, el viaje es algo que va mucho más allá del mero hecho económico.
El viaje es más bien una experiencia y un aspecto de la vida al que nunca deberías negarte a afrontar.
Viaja, apreciado lector, porque, en el fondo viajar es sinónimo de vivir y de disfrutar a plenitud. Es poder admirar extasiados la obra que la Madre Naturaleza nos regala, diferente a todo lo conocido.
Escenarios diversos se abren ante nuestros ojos, rostros, idiomas, climas, culturas, colores, olores, el mundo es nuestro al viajar.
“La cultura que se adquiere cuando uno viaja, la experiencia de vivir un viaje, con el enriquecimiento que significa, nos hará volver a ‘ver’ con otros ojos aquello que tenemos a nuestro alrededor”, se lee en un comentario a una publicación hecha para una revista de Psicología.
Cambia tu destino, diferénciate del resto y alarga tus horizontes. Encuentra en el camino a ese amigo entrañable que no imaginabas.
Trasciende las fronteras y viaja; empápate de lo diferente, desarróllate y crece. Una vez que vuelvas a casa, cuéntale tus aventuras a todos, recordar es volver a vivir.
Revive hasta más no poder esos momentos mágicos en tu mente. No importa si fueron buenos o malos, todos ellos te conforman y te hacen la persona que eres. VIVE, en mayúsculas. Viajar es una excelente oportunidad para hacerlo.
“Ya sean malos o buenos momentos los que se hayan vivido en un viaje, ello resulta en una oportunidad única para vivir en serio.
Es una oportunidad para probar un desvío, para distraerse y maravillarse: todas cosas de la cual cada hombre tiene necesidad para volverse una mejor persona», se añade en otra parte del artículo.
Ciertamente, se necesita tiempo y dinero para viajar. No estamos diciendo que esto no sea así. Sin embargo, si se planifica con la justa destreza, es posible hacerse a la aventura.
No necesita ser un viaje al extranjero puede ser un viaje a un lugar desconocido cerca de tu ciudad.
Si tienes unos ahorritos guardados, de plano te cuento que si los usas para viajar, serán los mejor invertidos de tu vida.
No será dinero malgastado, no te arrepentirás, te lo aseguro. Al contrario, quiere decir que los supiste aprovechar para ganar vida y alegrías, que son algo de inestimable valor.
Entonces, ¿a qué esperas? Bota tierrita y tómate esos días de asueto que tanto te mereces. La vida no es solo trabajar y pagar las cuentas.
El dinero va y viene, el tiempo y las emociones no. Así que, utilízalo para ser feliz y vivir como quieres y solo tú te lo mereces.
Prepara de una vez tus maletas y, con ellas en mano, sin pensarlo demasiado brinca el charco. Atrévete a vivir la experiencia de partir lejos y volver a vivir. Viaja, querido amig@ el mundo es tuyo.