Cuando se juega a ser un político correcto muchas veces se cae en el error de ofrecer aquello que no es posible cumplir.
Ante esas falsas promesas los seguidores de los distintos líderes actúan de manera efusiva dándole una especie de escarmiento aquellos hombres que un día les ofrecieron un salario digno o una comunidad con mejores servicios públicos. Esto fue lo que hicieron los habitantes de municipio Huixtán, Chiapas en México.
El incidente ocurrió específicamente en la comunidad de San Andrés Puerto Rico de Huixtán.
Los habitantes de la comunidad indígena retuvieron al alcalde Javier Sebastián Jiménez Sántis y el síndico Luis Ton, quienes fueron retenidos por 8 días tras incumplir las promesas que realizó en la campaña electoral.
Como escarmiento la población decidió vestir al alcalde y al síndico de mujer obligándolos a caminar por las calles del poblado de Shuilhó, con la única intención de humillarlos y sacarles en cara su mala labor como políticos.
Es un municipio indígena de lengua tsotsil, lengua mayense que se habla en los Altos de Chiapas.
El principal reclamo era el pago de 4 millones de pesos, que sería el equivalente a más de 1 millón de dólares, por el concepto de mano de obra correspondiente a un programa de vivienda del gobierno.
Para lograr la liberación de los hombres se hicieron presentes distintos entes gubernamentales no adscritos a la alcaldía de la comunidad, como la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Indígena, quienes en coordinación con la Delegación de Gobierno del Estado lograron la liberación.
El alcalde y el síndico fueron los principales protagonistas, pero le acompañaban otros 10 integrantes de la alcaldía.
Una vez puestos en libertad fueron trasladados a la Fiscalía Indígena para que recibieran atención médica y psicológica para descartar posibles traumas y lesiones ocultas.
Afortunadamente ninguno de los hombres presentó heridas más allá de la burla pública a la que fueron sometidos por no cumplir con la palabra. Después de todo, no se puede ofrecer lo que no se tiene y menos ilusionar a un pueblo solo para conseguir votos.
Un castigo que se ha vuelto tradición en la comunidad.
Este tipo de incidente no es la primera vez que pasa en Huixtán, en el 2016 el actual senador de Morena, Eduardo Ramírez Aguilar fue vestido de mujer por los indígenas de Chenalh.
Dicen que la justicia tarde o temprano llega y estos políticos pasaron por un pequeño escarnio público por no cumplir con la palabra. Después de todo, las promesas se hacen para cumplirlas.
Esta forma de hacer justicia está impresionando a muchos, no te vayas sin compartirla en tus redes.