Andrea Ivonne Monroy es una joven de 28 que se ha visto obligada a vivir la mayor parte del tiempo encerrada en su casa. No puede salir al balcón durante el día, disfrutar de un atardecer o de un acalorado día de verano.
Andrea, padece de una enfermedad poco común que hace que su piel sea sensible a la luz solar.
Andrea es residente de California.
Desde que era solo una niña fue diagnosticada con xeroderma pigmentoso, una extraña afección que padecen uno de cada millón de personas en el mundo.
La Organización Nacional de Enfermedades Raras define la xeroderma pigmentoso como un trastorno cutáneo hereditario poco común que se caracteriza por una mayor sensibilidad a la radiación ultravioleta.
Ha tenido melanomas y muchas células precancerosas.
Es bien sabido que la principal fuente de radiación ultravioleta es el sol, por lo que las personas que padecen este trastorno deben cuidar su piel al extremo y evitar el sol lo más que puedan. Monroy, por lo general sale en la noche, solo en ocasiones sale en el día y es solo para citas médicas.
Siempre se asegura de llevar un medidor solar, protector solar, y la vestimenta adecuada para cubrirse de pies a cabeza.
“Solo salgo durante el día si tengo una cita con el médico, debo usar ropa protectora, incluso se está nublado o lloviendo, tengo que usar mangas largas, sombreros y protector facial”. Dijo Andrea.