Sarah Link estaba muy preocupada por la salud de su madre de 84 años por lo que decidió vivir durante casi un año en una casa rodante mientras cumplía su labor como enfermera en un hospital de Birmingham, en Inglaterra.
Sarah estaba dispuesta hacer todo para evitar que su mamá se contagiara del virus.
Esta pandemia le ha cambiado la vida de casi todo el mundo, ha sido una experiencia que jamás nadie pensó vivir. Muchos han tenido que hacer grandes esfuerzos para no contagiar a sus familiares, especialmente el personal sanitario.
Sarah, quien ejerce la enfermería en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, no fue la excepción, y vivió en una casa rodante con Gary, su esposo con el fin de evitar que su mamá se contagiara del virus.
Fueron nueve meses los que estuvo esta pareja viviendo en el vehículo. Sarah se ha desempeñado como enfermera durante 17 años y trabaja en el hospital Queen Elizabeth de Birmingham, y Gary es el director de una pescadería.
Ambos decidieron comprar la residencia temporal por 814 dólares para mantenerse asilados cuando la pandemia recién comenzaba a expandirse el año pasado.
Sarah solo pensaba que serían solo unas semanas en las que vivirían en la caravana, nunca se imaginaron que estarían casi un año ahí.
“Pensamos que serían 4 semanas, como máximo 12 semanas, pero pasó el verano y 9 meses después todavía estábamos ahí”.
A pesar de la complicada situación, el ánimo de la pareja se mantuvo en alto, incluso decoraron la casa rodante para celebrar ciertas festividades del año como Halloween, Navidad y Año Nuevo con luces de colores y con un cartel que decía “NHS” (Nacional Health Service) en la parte superior.
Lamentablemente, la pareja dio positivo al virus en diciembre del año pasado, pero Sarah y Gary continuaron aislados en la caravana, fue una experiencia muy complicada para ambos. Sarah se emociona al reconocer que sin el apoyo de su marido no hubiese podido lograr superar la enfermedad.
Afortunadamente su salud mejoró y las cosas poco a poco fueron mejorando, la madre de Sarah pudo recibir la vacuna en diciembre y la pareja pudo regresar a la casa. Nunca van a olvidar la experiencia de vivir en la casa rodante. Paradójicamente esa Navidad se convirtió en la mejor que han tenido.
En estos tiempos la decisión como la que tomó Sarah y su esposo es muy válida, se trata de evitar el potencial contagio del virus, especialmente a los más vulnerables.
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