La protagonista de este impresionante caso es Wyley Simpson, una mujer de Estados Unidos que tenía seis años intentando a través de diversos tratamientos cambiar de género.
Ella luchó para los rasgos femeninos no permanecieran en su cuerpo, se sometió a un tratamiento intenso con alto consumo de testosterona que prácticamente había terminado. Se sentía hombre y asumía ese rol.
Wyley y su pareja Stephan Gaeth, no imaginaron que podrían convertirse en padres naturalmente. Pero la noticia los sorprendió cuando el resultado de la prueba marcó “positivo”.
Así fue como formaron su familia y le dieron la bienvenida al pequeño Rowan en su hogar.
Se conocieron a través de una aplicación de citas, Stephan es profesor de yoga y danza y Wyley es técnico veterinario. Al poco tiempo de empezar su relación su hogar sufrió los estragos de un devastador incendio.
“Se quemó, pero nos dio espacio para estar juntos. El fuego quitó toda esa basura y nos dio espacio”, aseguró Stephan.
Desde entonces se mudaron a su camioneta con su perro Cyrus, solían hacer viajes juntos cuando de pronto Wyley comenzó a tener náuseas y otros síntomas extraños.
Al principio lo atribuyó a su adicción a la nicotina y dejó los cigarrillos, pero como los síntomas persistían se sometió a cinco pruebas de embarazo que reveló que esperaba un bebé a pesar de someterse a tratamientos intensos para cambiar de género durante seis años.
Confiesa que sintió frustración después de luchar por reducir todas las características femeninas posibles de su cuerpo.
“Había estado haciendo la transición durante seis años, y tenía que dejar de tomar testosterona, por ejemplo. Además, había llegado a un punto en el que estaba bien con mi cuerpo y no quería dar un paso atrás. El embarazo es considerado una cosa muy femenina. Era algo de lo que estaba intentando alejarme”, comentó.
Wyley confesó que incluso pensó en las opciones más radicales o dar en adopción al bebé, pero cuando se hizo un ultrasonido y vio sus brazos, sus piernas y escuchó los latidos de su corazón supo que quería convertirse en padre.
“Hablamos mucho, nos preparamos mucho. Fuimos a yoga prenatal juntos, vimos muchos vídeos en Internet y resolvimos nuestro plan de parto juntos. La gente dice que los niños son representan muchos gastos, pero son solo los pañales y la fórmula. Todo lo que les importa a los bebés es la atención de sus padres y jugar”, relató el primer hombre transgénero en tener un bebé en esas condiciones.
En septiembre del año pasado nació Rowan, la pareja asegura haber recibido todo el apoyo de sus familiares y amigos.
“Queremos mostrar que cualquiera puede tener una familia, que los cuerpos vienen en todas las formas y tamaños y que convertirse en papá es diferente para cada uno y que no se necesita el visto bueno de nadie por ser un hombre o una mujer transgénero”.
Su caso ha dado mucho de qué hablar en las redes, no te vayas sin compartirlo.