El caso de este hombre que falleció por coronavirusha conmocionado a miles de personas, él falleció después de llamar durante seis días al teléfono de Emergencias de la comunidad de Madrid.
Los familiares de Mohamed Abul Hossain llamaron al teléfono del SUMMA (Servicio de Urgencias Médicas de Madrid), para alertar que presentaba síntomas respiratorios graves, y cuando obtuvieron la respuesta que esperaban era demasiado tarde.
Mohamed, de 67 años, nació en Bangladesh, vivía en el barrio de Lavapiés en Madrid, gestionaba un restaurante de comida india en su comunidad. Residía en España desde hace 20 años, vivía son su esposa y su hijo.
Falleció en su vivienda el pasado 26 de marzo. Tenía patologías cardiovasculares previas y presentó síntomas de coronavirus.
A pesar de que sus familiares llamaron al número de emergencias desde el 19 de marzo cuando él comenzó a presentar indicios de padecer COVID-19, no obtuvieron respuesta.
Estaban realmente angustiados, cuando empeoró su estado de salud, horas antes de su fallecimiento, uno de sus sobrinos pidió un taxi para trasladarlo a un hospital y al ver su estado, el conductor se negó a llevarlos.
Pidieron auxilio a sus vecinos, varios llamaron al número de emergencias, pero fue infructuoso. El acta de defunción de Mohamed establece como causa de la muerte: paro cardiorrespiratorio por insuficiencia respiratoria por “posible COVID-19”.
Ese mismo día su esposa también tuvo que ser trasladada a un hospital, la ingresaron en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz donde permaneció durante una semana por neumonía causada por coronavirus.
Cuando los servicios de emergencia atendían las llamadas de la familia alegaban que no era necesario que recibieran atención médica porque Mohamed solo tenía síntomas leves.
Ante las denuncias de los familiares del fallecido, la Consejería de Sanidad asegura que Mohamed sí recibió asistencia médica en atención primaria y urgencias, aunque no aclaró la fecha.
En la madrugada del 26 de marzo, el personal del servicio de emergencias le confirmó a la familia de Mohamed durante una conversación telefónica, que una unidad móvil acudiría a su domicilio para comprobar su estado de salud.
Mohammad Fazle Elahi, presidente de la organización Valiente Bangla en Madrid, se pronunció sobre el caso. Relató que llamaron en reiteradas oportunidades al número de emergencias, denuncia que los teleoperadores le exigían hablar con el paciente y él les insistía en que no hablaba bien español.
“Me pidió ayuda porque como en su familia no hablan bien español, no le entendían, la primera vez que llamé al 112 no estaba muy grave. Me preguntaban si tenía fiebre, ellos no podían saberlo porque no tenían termómetro y me decían que deberían saber la temperatura”, relató.
El 20 de marzo, según los registros de su teléfono móvil, llamó al servicio de emergencias cuatro veces, en una de ellas mantuvo una conversación de media hora.
Los operadores lo mandaban a contactar con la línea telefónica habilitada en Madrid para atender casos de coronavirus y así lo hizo.
“Nos recomendaron permanecer en casa ante el riesgo de contagio que representaba ir al hospital”, relató el amigo de la amiga y presidente de la fundación.
Los síntomas empeoraron y seguía sin recibir atención médica
El 23 de marzo el estado de salud de Mohamed se agravó, Rajib, su sobrino, pidió ayuda.
“Mi papá está muy enfermo, tiene fiebre, dolor de cabeza y garganta, se siente muy mal y le cuesta respirar. No puede comer ni beber nada, está muy débil”.
Ese día llamaron varias veces al número de emergencias, quienes solo ofrecen constancia de atender a familiares del paciente fallecido el día 23 y el día 26 de marzo.
El día siguiente los familiares de Mohamed seguían luchando porque fueran a atenderlo en su vivienda, sin poder trasladarlo porque no tienen vehículo.
Kiron Bahi, uno de sus vecinos, relató: “Tenía un hilo de voz. Me pedía que le ayudase, me decía: ‘Yo quiero vivir’”, él ayudó a llamar al 112. Ante el colapso, tuvo que esperar dos horas mientras le pasaban la llamada de una extensión a otra sin poder comunicarse.
Contactó con el centro de salud y habló con el médico de cabecera de Mohamed, pidió que lo fuese a ver, pero el doctor le explicó que solo había dos profesionales en el centro y que estaban colapsados, igual que todo el país.
“Ahora papá está muy mal, no puede ni hablar. Llamaba al 112 pero no le atendían”, dijo el hijo del fallecido.
Vieron cómo falleció sin poder hacer nada
El 25 de marzo Mohamed se desmayó en el baño, le dijo a su sobrino: “¡Por favor, llévame al hospital, me voy a morir!”.
Llamaron al 112, a la policía y al número habilitado para casos de coronavirus en la capital española.
“Todo estaba colapsado. Los médicos ocupados, no había personal suficiente”.
A Kiron se le ocurrió salir a la calle para pedir auxilio, la policía le dijo que debía seguir llamando al 112.
Solicitaron un taxi y bajaron a Mohamed sobre sus hombros, visiblemente enfermo, cuando el taxi llegó el conductor se negó a trasladarlo instándolos a llamar a una ambulancia.
Lo llevaron de nuevo a su habitación, explicaron que no podían trasladarlo.
“No viene nadie, va a morir, no hay manera de que lo llevemos a un hospital”, en ese momento fue que los servicios de emergencia decidieron enviar una ambulancia a la vivienda de Mohamed, pero no llegó a tiempo.
En el transcurso de la llegada de la ambulancia el estado de salud de Mohamed empeoró, activaron una UVI móvil ante la emergencia y cuando llegó ya él había fallecido.
Cuando su sobrino y su hijo sintieron que no respiraba llamaron a la policía, cuando llegaron junto a los servicios de emergencia solo pudieron confirmar el fallecimiento.