Yuan Hua es una mujer que nació con el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser. Es una extraña enfermedad congénita que afecta tan solo a una de cada cinco mil mujeres y hace que nazcan sin útero ni vagina, haciendo prácticamente imposible que puedan convertirse en madres.
Yuan vive en la ciudad de Xian al noroeste de China.
Durante toda su vida Yuan no tuvo menstruaciones como el resto de las mujeres pero siempre soñó en convertirse en madre y comenzar a formar su propia familia. Cuando se enteró de su condición los médicos le explicaron que la única manera que tenía para convertirse en madre era a través de un trasplante de útero, operación que nunca había sido realizada de manera exitosa en China.
La opción de un vientre de alquiler era imposible para Yuan ya que esto es ilegal en China.
En 2015 tras muchos estudios y consultas con los médicos Yuan se sometió a la operación y recibió el trasplante de útero que tanto necesitaba de una persona muy especial: su propia madre.
“Pensé que aunque pudiese significar perder mi vida, haría todo lo posible para darle a mi hija un cuerpo completo. Espero que tenga una nueva vida”.
Cuarenta médicos participaron en la operación que duró casi 14 horas. Los médicos recibieron asistencia de un robot que ayudaba a hacer los cortes en el útero de la madre de Yang de manera mucho más precisa.
La madre de Yang tenía 43 años cuando donó de manera voluntaria su útero para su hija.
La operación fue todo un éxito y hacia finales del año pasado, Yang quedó embarazada en el quinto intento de implantar embriones a través de fertilización in vitro.
El embarazo transcurrió en completa normalidad pero los médicos decidieron que el bebé naciera a través de cesárea prematura y así evitar cualquier riesgo en el útero.
El bebé nació en perfectas condiciones después de 33 semanas de embarazo.
El bebé nació completamente saludable y pesó 2 kilos. Se trata del primer bebé que nace en China gracias a un trasplante de útero y el décimo cuarto en todo el mundo.
“Esta operación le da esperanza a miles de mujeres en China que tienen problemas de infertilidad”.
Celebramos que un procedimiento tan delicado como este resultara completamente exitoso y esperamos que Yang sea feliz con el bebé que esperó durante tanto tiempo.
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