Yumiko Kadota comenzó a trabajar en el Hospital Bankstown-Lidcombe en Sidney. En su contrato se estipulaba que la joven cirujana trabajaría 70 horas semanales y también estaría de guardia durante 10 días cada dos semanas. Lamentablemente, la realidad fue muy distinta y en su primera semana de trabajo llegó a acumular más de 100 horas de tiempo extra.
“Siempre traté de no quejarme porque sabía que había mucho en juego”.
Como una buena profesional, la Doctora Kadota comenzó a notar que su cuerpo necesitaba descansar con urgencia. De no contar con un número mínimo de horas de sueño y el tiempo para alimentarse correctamente comenzaría a poner en riesgo su propia vida y la de sus pacientes, así que decidió hablar con sus superiores para asegurarse de que ya no tuviera que cumplir horas extras.
“Lo das todo por un trabajo en el que te reemplazarían en un segundo si llegas a caer muerta”.
El exceso de trabajo no paró de llegar. Kadota se encontraba de guardia durante 180 horas seguidas, más del doble de lo que indicaba su contrato. Luego tenía una noche libre y comenzaba de nuevo a estar en guardia por 180 horas más.
Por las horas extras de trabajo Kadota estaba deshidratada, con problemas de estómago y sobrepeso.
En una de sus pocas noches de trabajo, un colega la llamó para que se presentara de inmediato al hospital a las 3:00 am y todo para discutir una cirugía no-urgente. Cuando finalmente se decidió a hablar con sus superiores la respuesta fue terriblemente ofensiva.
“Deja de ser una mujer emocional”.
Todo llegó a al límite días después cuando tuvo un accidente automovilístico causado por su agotamiento físico. El choque tuvo lugar después de trabajar durante 24 días seguidos. Después de estar hospitalizada supo que tenía que tomar una decisión por su propio bien: renunció.
Kadota es triatleta y ha participado en muchos maratones.
Lamentablemente ahora sospecha que ha sido “tachada” de posibles empleos en la zona por insistir en la lucha por horarios de trabajo justos. El Ministro de Salud de Nueva Gales explicó a los medios que es un asunto cada vez más alarmante.
“Es hora de comenzar a escuchar las preocupaciones de nuestros médicos y enfermeras”.
Ahora dos cirujanos se encargan de cumplir las enormes horas que la Dra. Kadota cumplía con tanto esfuerzo. Levantamos la voz en contra de un trato tan inaceptable para especialistas que velan por la salud de miles de personas.
No te vayas sin compartir esta nota para apoyar a Kadota y a tantos médicos que sufren de agotamiento físico sin ser escuchados por sus superiores.